Técnicas de Rinoplastia

Existen dos técnicas para realizar una rinoplastia y cada tipo se recomienda para casos concretos, según la necesidad individual de cada paciente.

• Rinoplastia abierta: Es el tipo de operación donde el cirujano accede al tabique y la zona de operación por medio de las fosas nasales. La gran ventaja de este tipo de cirugía es que no deja cicatriz visible, por lo tanto es la más común.
• Rinoplastia cerrada: Es mucho más complicada, ya que el cirujano debe realizar una incisión en la parte media de la nariz para exponer el tabique nasal. En general esta técnica se usa para pacientes complicados o para segundas operaciones.

Preparación necesaria para una rinoplastia exitosa

Antes de la intervención, es necesario cumplir con algunas recomendaciones:

• Debes dejar de fumar al menos quince días antes de la operación.
• No puedes comer en exceso 24 horas antes de la cirugía.
• Evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
• Suspender el uso de cualquier medicamento anticoagulante por un tiempo de 20 días antes del procedimiento quirúrgico.
• El cirujano va a tomar fotografías de la nariz que servirán de guía durante la operación y como comparación luego de que el proceso haya finalizado, unos seis meses después de la cirugía.

Proceso de recuperación posterior a la cirugía

Después de la operación se produce en el rostro una inflamación que suele ir acompañada de obstrucción nasal y fuertes dolores de cabeza, además aparecerán algunos moretones, ten en cuenta que este es un proceso normal y que durará unos días. Para hacerlo más llevadero, tu cirujano te va a recetar algunos analgésicos y otros medicamentos para reducir la inflamación interna.

Durante este período se recomienda que el paciente evite cualquier actividad que requiera o suponga esfuerzos físicos, además por los meses siguientes está contraindicado nadar y tomar exceso de sol.

Igualmente la zona nasal debe ser tratada con sumo cuidado, evitando sonarse la nariz, de esta manera se favorece el proceso de cicatrización.